El pasado mes de marzo ejecutamos el Protocolo Pólvora en los mercados. Básicamente, el Protocolo Pólvora es un procedimiento que tenemos preestablecido por escrito en BISSAN que permite aprovecharnos de las fuertes caídas que tiene el mercado de forma recurrente. En este caso, la enorme incertidumbre por el cierre de la economía en la mayoría de los países occidentales debido al Covid-19 hizo que desde la tercera semana de febrero se presentara una fuerte caída en las bolsas mundiales. Esto permitió que compráramos acciones cuando los mercados estaban en modo pánico. De hecho, fue la caída más rápida de toda la historia bursátil, tal y como vimos en el artículo Protocolo Pólvora. Las compras se hicieron fundamentalmente mediante la Pólvora (porción de renta fija que hace parte de los objetivos a largo plazo) que tenemos reservada para este fin, y en algunos casos con nuevas aportaciones. Tres meses más tarde, los mercados han tenido una de las mayores subidas en vertical de toda su historia y estamos de vuelta a precios casi en positivo o positivos para el año en varios índices importantes.

La mayoría de compras realizadas han supuesto unas ganancias promedio del +20%. Pero no nos engañemos. Este no ha sido el principal beneficio del Protocolo Pólvora. El mayor beneficio ha sido que ninguno de nuestros Clientes, fundamentalmente familias, ha vendido en el mínimo o cerca del mínimo. De hecho, ninguno ha vendido. Nos hemos puesto en el otro lado de la mesa para comprar lo que el mercado nos ofrecía a precios realmente atractivos. Pensemos que una parte importantísima de gente vendió en marzo, reembolsando o traspasando a fondos más conservadores, de modo que sólo por no perder la disciplina inversora el Protocolo Pólvora ha jugado un importante papel. Es justo decir que el más importante ha sido la paciencia y disciplina de nuestras familias a la hora de soportar las pérdidas iniciales y además ponerse a comprar en momentos tan difíciles.

¿Pero ahora, qué hacemos?

Lo hemos dicho una infinidad de veces. Este no es un juego de inteligencia, sino de psicología. Y por ello, creemos que es oportuno ahora normalizar la situación del Protocolo. El mismo Protocolo determina por escrito momentos de entrada y momentos de salida. No hay que dejar a la suerte ni a los impulsos cuando se ha de retornar a la normalidad.

Seguimos pensando que aún existe un 70% de posibilidades de que el mercado vuelva a testear mínimos, a pesar de que estamos muy cerca de máximos. Pero el papel del Protocolo Pólvora ya ha cumplido su principal cometido: mantener nuestros Clientes en una posición compradora cuando las cosas se tuercen, y volver a la normalidad cuando los índices recuperan sus niveles originales.

Por ello, ante la actual situación creemos que lo mejor es volver a reponer la Pólvora que usamos para comprar todos los fondos de renta variable durante el mínimo de marzo y volver a las proporciones que están establecidas en la Planificación Financiera de cada uno. Habrá quien tenga una proporción de 70% Factor Investing y 30% Pólvora, quien un 80/20, u otras proporciones. Dejamos siempre aparte el dinero destinado para Blindaje, que sirve para cubrir pagos de los objetivos financieros de los próximos 5 años.

No pensamos en absoluto que la situación económica actual haya vuelto a la normalidad, para nada. Sin embargo, sí que pensamos que no vale la pena tener ya una sobre-exposición en renta variable después de ganar un promedio del +20% en apenas dos meses.

Además, vemos varios factores que nos indican que superar otra vez los máximos de forma sostenible va a ser quizás más difícil de lo que nos pensamos. Pero en el caso de que superáramos los máximos con creces, a lo que otorgamos la nada despreciable probabilidad del 30%, entonces tampoco tiene sentido tener una sobreexposición en renta variable por encima de lo que está establecido en la Planificación Financiera. Pensemos que seguir el plan es lo que nos permite mayoritariamente tomar buenas decisiones.

Los desequilibrios se amontonan

Por otra parte, los desequilibrios en los mercados se amontonan. Es verdad que el principal vector que rige los mercados a corto plazo no son los aspectos fundamentales, sino la liquidez, los patrones bursátiles en precios y la psicología de las masas. Además, también es cierto  que un mercado puede permanecer caro durante muchísimo tiempo. Para evitar una profunda caída bursátil que hubiese llegado a menos del -50% la Reserva Federal, el BCE, BdI y el BoJ (de hecho, todos los bancos centrales que pueden) llenaron los mercados de abundante liquidez, que suele regir los mercados. En el siguiente gráfico vemos para el caso de Estados Unidos, la gran diferencia en inyecciones de liquidez: lo que en la crisis financiera del 2007 requirió más de 400 días, en esta ocasión se generó en pocas semanas.

Pero lo que hemos visto hasta ahora parece una reacción, fuerte, sí, pero reacción a una caída muy violenta. Así que un cierto ajuste, o severo ajuste aún es posible. Esto lo digo para evitar caer en la sensación de que todo lo malo ha pasado. Simplemente no lo sabemos, y bien pueden las cosas volver a caer con fuerza.

Algunos ejemplos de excesos lo vemos en la siguiente tabla, que mantienen desde hace muchímismo años Leuthold Group. Básicamente, la subida actual no se ve acompañada de ninguna muestra de recuperación real típica de los mercados alcistas de los últimos 80 años. Ninguna.

Vemos como las valoraciones de los mercados tras el rebote son absurdamente caras, sobretodo por la caída generalizada en los beneficios en las empresas bursátiles. El siguiente es un magnífico gráfico de www.yardeni.com. Curioso que los precios casi han vuelto a máximos pero en cambio son muchísimo más caros que previamente. Ahora bien, observemos desde 1995-2000, como los mercados pueden llegar a estar muchísimo más caros. Dicho de otro modo, hay un desequilibrio, puede corregir, pero la tendencia sigue siendo de un mercado secular alcista. Aunque cayera otra vez, probablemente volvería al alza a 2-4 años vista, en el peor de los casos.

Vemos también como ahora todo el mundo está comprando acciones. Esto no es buena señal desde mi punto de vista. Hay actualmente unos niveles de euforia absurdamente altos. Además, si vemos el número de opciones call (línea azul), que son derivados que apuestan a una subida en el mercado, apreciamos un incremento casi irracional. Y más cuando se trata del pequeño especulador. Es decir, la gran masa se ha puesto a comprar con euforia.

También vemos una  relación llamada Put Call ratio que mide la fuerza en opciones financieras de las posiciones bajistas y alcistas. Y volvemos a estar en un momento absurdamente alcista.

Además, vemos cómo los buenos resultados bursátiles básicamente se han dado en USA en los últimos 10 años. En rojo vemos las bolsas mundiales sin USA. En azul vemos el SP500.

Pero en USA, vemos como los resultados han sido fruto de las grandes empresas growth, que han impulsado el mercado. El resto se ha quedado con importes muy similares a los del resto del mundo. Esto es otro gran desequilibrio que veremos cómo lo absorbe el mercado.

Así pues, todo pende básicamente de lo que hacen unos pocos títulos que son profusamente comprados por todo el mundo.

También vemos otro profundo desequilibrio en el mundo Growth Vs. Value. Estamos ante un extremo más fuerte que el vivido en la gran depresión americana.

Conclusiones

Hemos visto unos cuantos desequilibrios. Los mercados siempre los tienen, ya que el punto de equilibrio siempre está en movimiento. Es como alguien que se matniene sobre un pie: a veces va a la derecha, luego a la izquierda, pero intentas mantener el equilibrio y puede durar mucho tiempo sin caer…hasta que se queda sin fuerzas.

Hay la tentación (las emociones siempre asoman) de querer vender mucha más renta variable y pasar a tener un mayor nivel de pólvora. No creo que esto sea bueno. El Protocolo Pólvora nos permite alejarnos transitoriamente de la asignación de activos (largo plazo y blindaje) idónea determinada en la Planificación Financiera sólo de forma excepcional y justificada. Es la base del modelo Cash Flow Risk Mangement, según el cual el riesgo no es la volatilidad, sino no tener el dinero cuando se necesita, una aproximación menos técnica que la desviación estándar, el VaR o el risk budgeting, pero más cercana a la realidad de las familias. Creemos que bien ha valido la pena su ejecución en marzo, pero esto no justifica en ningún caso un uso indebido. De hacerlo, empezaríamos por romper nuestra disciplina inversora. Y repito, este es un juego de psicología, y para ganarlo necesitamos paciencia, disciplina y un gran control de las emociones.

Por todo ello, creo que no vale la pena que sigamos con una sobre exposición en renta variable por encima de lo que determina la Planificación Financiera. Al final, si el mercado vuelve a testear mínimos, habremos ganado todo lo invertido en pólvora, volveremos a ejecutar el Protocolo Pólvora y nos irá bien. Y si el mercado sigue subiendo, pues simplemente seguimos el plan que teníamos establecido a priori sin una sobre exposición en acciones innecesaria. Pase lo que pase, nos irá bien mientras mantengamos la disciplina y las emociones (miedo y avaricia) en su sitio.

Así pues, conviene cosechar lo sembrado en marzo.